Por fin se retomaron bajo nuestra dirección las obras del edificio Ramón y Cajal. Pero lo que ahora estamos realizando es sólo la fase 1 del proyecto total esto es la esquina de la gasolinera y una parte de las oficinas. Hemos recibido muchos requerimientos de amigos para que expliquemos un poco todo esto y hacemos este post con esa idea.
Lo primero que hay que decir es que el edificio de Ramón y Cajal se tiene previsto terminar según el diseño original que en su día realizamos. Esto ocurrirá cuando se complete la última fase y sólo Angela Merkel o Mario Draghi saben cuándo podremos terminar esta segunda fase que complete el edificio. Pero al menos ahora tenemos un proyecto que llevar a cabo basado en un estudio nuestro de división por fases que puede ser una especie de adelanto de lo que será el edificio. Pero también lo hemos diseñado con mucho cariño para que tenga valor por sí mismo como algo completo dentro de un conjunto inacabado. El asunto es paradójico y complejo de ahí su interés.
Lo primero que hay que decir es que el edificio de Ramón y Cajal se tiene previsto terminar según el diseño original que en su día realizamos. Esto ocurrirá cuando se complete la última fase y sólo Angela Merkel o Mario Draghi saben cuándo podremos terminar esta segunda fase que complete el edificio. Pero al menos ahora tenemos un proyecto que llevar a cabo basado en un estudio nuestro de división por fases que puede ser una especie de adelanto de lo que será el edificio. Pero también lo hemos diseñado con mucho cariño para que tenga valor por sí mismo como algo completo dentro de un conjunto inacabado. El asunto es paradójico y complejo de ahí su interés.
Hay que entender que una de las estrategias lógicas en la situación actual es aceptar el mal menor que representa fasear grandes proyectos para que lo que pueda ser viable ahora, en la situación actual, se pueda realizar ya. Si se consigue resolver técnica, arquitectónica y jurídicamente esa división, se evita que esta parte sea lastrada por el resto de la iniciativa que aún es imposible llevar a cabo.
Pero justamente el proyecto completo del edificio, realizado originalmente con el fin de resolver bien el problema urbano, tiene unas características especiales que juegan a la contra de esta estrategia. Para empezar es un único edificio situado en dos parcelas distintas, una destinada a oficinas y otra a gasolinera. Para conseguir la máxima integración urbana de la gasolinera que exigía el PGOU y el Ayuntamiento, propusimos integrar ambas parcelas en un sólo edificio desdibujando visualmente con una fachada sinuosa los límites reales y legales existentes entre ambos usos (la medianera). Resolver esto a nivel técnico y jurídico ha sido un reto pero creemos que la idea va a funcionar.
Sin embargo llegó la crisis y las oficinas se quedaron sin clientes finales lo que imposibilitó la continuación de las obras. Después de un tiempo, el propietario de la gasolinera nos comentó que debíamos estudiar la posibilidad de realizar su parte pues él podía y lo necesitaba. El Ayuntamiento también estaba por la labor de buscar alguna solución intermedia pues quería mejorar la percepción urbana de una zona que verdaderamente se quedó a medio hacer. Esto se tradujo en un encargo arquitectónico de división en fases del proyecto total que hemos realizado con toda la ilusión, a pesar de la dificultad de dividir algo que concebimos precisamente para que estuviera totalmente integrado. Con la idea de que pocas cosas son verdaderamente imposibles en arquitectura, hemos enfocado el tema como un atractivo reto y el resultado fue estudiado, considerado y aceptado por el Ayuntamiento y los propietarios de las dos parcelas afectadas.
La primera fase, la que estamos realizando, consiste en la ejecución íntegra de la estructura (ya está hecha), la ejecución íntegra de la urbanización (que ha sido fundamental para la mejora de la percepción urbana de la zona y una exigencia lógica del Ayuntamiento) y la terminación de la parte del edificio dónde se ubica la gasolinera junto con una parte de las oficinas. Esto se ha realizado controlando desde el estudio que el resultado tenga coherencia técnica, funcional y formal, sabiendo que no es algo muy corriente. El hecho de realizar parte de la fachada de la zonas de oficinas viene por la necesidad formal de maclar el vuelo de la gasolinera en el resto del edificio y cubrir el local de tienda de la misma. De esta forma no se ve como algo cortado de forma casual por una medianera que no estaba reconocida formalmente en el edifcio original. De hecho se han proyectado algunos elementos que deberán desmontarse cuando el edificio de oficinas quede completo. Siguiendo la inspiración orgánica del edificio original, hemos creado una especie de ameba que coloniza la estructura. Creemos que de esta forma se obtiene un objeto urbano singular que tiene su propio interés arquitectónico durante el tiempo que las oficinas no puedan ser terminadas. Y sobre todo, de esta forma, se propicia una mejora urbana puntual de la zona, un servicio de gasolinera realmente necesario para cumplir el plan de repostaje previsto en el PGOU (dice esto alguien realmente comprometido con la sostenibilidad real), permitiendo la generación de actividad económica que ahora es tan necesaria.
La construcción de esta parte del edificio como la del resto es industrializada de montaje en seco y por capas. La capa más interior compuesta por un tabique de fachada Knauf (doble panel cartón yeso, estructura de 100 mm con lana de roca y placa de cemento Aquapanel hacia el exterior). Este tabique proporciona un acondicionamiento acústico excelente (aunque también térmico). La siguiente capa se compone de panel sándwich Arcelor de acero con poliuretano inyectado (el panel Perfrisa de toda la vida para naves industriales). Esta capa da un aislamiento térmico magnífico. El color blanco es por buscar el más económico ya que no se ve a ver por ningún sitio. Ha causado algún susto a los amigos que estaban siguiendo la obra con ilusión pues daba al edificio un aspecto bastante alejado del prometido en proyecto.
Con estas dos primeras capas obtenemos unos valores de aislamiento que superan de sobra los exigidos por el Código Técnico. Por último tenemos la tercera, última y más exterior capa realizada en compósite de aluminio (marca Ippon). Proporciona protección térmica frente a la radiación (es una fachada ventilada) ademas de permitir dar una forma definitiva más precisa al edificio con una exactitud de 2mm. Ahora estamos empezando a rematar ésta última capa y nos consta que muchos empiezan a respirar más tranquilos. Nosotros también.
Con estas dos primeras capas obtenemos unos valores de aislamiento que superan de sobra los exigidos por el Código Técnico. Por último tenemos la tercera, última y más exterior capa realizada en compósite de aluminio (marca Ippon). Proporciona protección térmica frente a la radiación (es una fachada ventilada) ademas de permitir dar una forma definitiva más precisa al edificio con una exactitud de 2mm. Ahora estamos empezando a rematar ésta última capa y nos consta que muchos empiezan a respirar más tranquilos. Nosotros también.
Espero que os haya resultado interesante. Saludos.