Se han terminado las obras de la fase I de Puerto Real y se están empezando a entregar las viviendas. Arriba en el boceto véis cómo quedarán en un futuro las tres fases. Son tres edificios en L con un ligero giro entre ellos. Las cabezas que veis miran hacia el norte, hacia un bonito paisaje natural. Los edificios se abren hacia este paisaje, y en cambio, las fachadas se solapan hacia el sur y crean la apariencia de una manzana cerrada que responde al entorno urbano consolidado de la zona.
En los garajes hay gran cantidad de luz y ventilación natural.
Se diseñó una instalación común de ACS, con colectores solares, caldera de gas y gestión comunitaria.
Las cabezas del edificio al norte miran hacia el paisaje natural.
Aunque situados en cubierta, los paneles solares no se esconden, sino que se muestran orgullosamente. Como las tres fases (los tres edificios) tienen un ligero giro entre ellos, ninguno de los paneles se orienta 100% sur. Habrá una muy leve pérdida de rendimiento por la orientación, pero en integración se gana mucho más. La imagen así seguro que no provoca el rechazo que están provocando en nuestras ciudades tantos paneles "perfectamente orientados".
En la fachada sur se diseñan unos aleros más potentes que en las fachadas este y oeste.
Este martes día 3 junio 2009 se han iniciado las obras de construcción de nuestro Proyecto de Edificio de Oficinas y Estación de Servicio en Avenida Ramón y Cajal de Sevilla. Se trata de un complejo de 15.000 m2 con tres sótanos de garaje que incluye integrada en su arquitectura una gasolinera. Estructuralmente debemos afrontar varios interesantes retos como la construcción un volumen del edificio que vuela 16,7 metros y que protegerá cual marquesina los surtidores de la nueva gasolinera.
En todos nuestros proyectos la energía es un elemento importante. Apostamos por la sostenibilidad. Alguno se preguntará qué estamos haciendo entonces, diseñando una gasolinera integrada en el edificio. En realidad nos da una oportunidad de seguir avanzando en nuestra actitud realista frente a la energía que persigue no ocultar hipócritamente nuestra realidad energética actual para, al ser consciente de ella, poder modificarla. Mientras tengamos vehículos que consuman todavía gasolina, no se consigue nada ocultando o mandando todas las gasolineras fuera de la vista. Se consumirá más para ir a repostar. Algunas tienen que convivir con la ciudad para prestar un servicio. Por tanto, lo mejor es integrarlas en el paisaje urbano lo mejor posible, es decir, al contrario de como se ha venido haciendo. Al integrar la gasolinera de forma coherente pero visible en un visible edificio “energéticamente eficiente”* y por tanto sostenible, conseguimos un contraste que debe llevar a la reflexión. Pensamos que así colaboramos también al necesario cambio de modelo energético.
* Para nosotros un edificio energéticamente eficiente es aquél que al menos ha obtenido, como el nuestro de Ramón y Cajal, una calificación “A” en eficiencia energética. En concreto, estas oficinas emiten sólo un tercio del CO2 que emitiría un edificio de oficinas medio de referencia de igual tamaño.